El otro día estuve comiéndome una cuña de chocolate en un parque, hasta que de repente se cayó una mierda en la cuña, miré arriba y tal como había pensado, dicha mierda era de un árbol.
Me cabreé tanto que saqué de mis muñecas mecánicas un lanzallamas y un lanzador de ácido, derretí el árbol de mierda en cuestión de segundos.
Pero resulta que había un atontado con una camiseta de Greenpeace mirándome mal, como ya había recuperado el buen humor tras desahogarme con el árbol, instalé una antena parabólica en el mismo lugar donde estaban las cenizas restantes.
El atontado gritó como un loco, y creo que se debió a que había que poner semillas para sustituir el árbol, no antenas, una pena que no me importara una mierda.
Estaba aburrido, así que para matar el tiempo hice lo lógico, talar otro árbol, el mismo atontado volvió a echarme la bronca, pero le tranquilizé diciéndole que esta vez pondría algo orgánico para sustituirlo, así que le arranqué los brazos y los planté bajo tierra.
Me extrañó mucho ver al tío llorando y gritanto de dolor ¿A estos tíos no les gustaba ser uno con la tierra?
En ese momento me juré a mí mismo que por cada vez viera una mierda ecologista que me sacara de las casillas, talaria diez árboles.
Odio los árboles.
viernes, 29 de abril de 2011
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4 comentarios:
Supongo que también odias el oxígeno.
A mi me cae mal Barbol de el Señor de los Anillos, menudo pesado, aburrido y lento de cojones XD!!!
MALDICION!!! Esto es una secuela de porque YO odio a los ecologistas!!!
Los árboles son todo desventajas. Habría que exterminarlos y sustituirlos por cabezas humanas clavadas en lanzas.
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