jueves, 27 de octubre de 2011

DOOMARATÓN #1: El primer juego.

Halloween ya está a puntito de venir, y esta vez voy a descansar un poco de mi habitual mala uva haciendo una maratón, una maratón de una de mis sagas de videojuegos favoritas, una saga que me ha marcado desde mis inicios gamer y que todavía hoy en día me sigue atemorizando y pervirtiendo más y más, nada más ni nada menos que la saga de DOOM.



Bien es cierto que ya le dediqué un artículo a la saga en general en su momento, pero como ya es típico de mí, en lugar de hacer una gran entrada que se baste por sí sola para expresar todo lo que opino de un tema, termino haciendo mil entradas del mismo con diferentes detalles, ¿y qué diablos? Ya que no puedo evitar lo inevitable, vamos a dedicarle esta semana a esta gran franquicia, evidentemente empezando por el primer juego.

Damas y caballeros, esto es Doom tal y como lo recuerdo.



Estamos más o menos en 1995, yo aún era un mocoso ingenuo e inocente que jugaba en su SNES juegos como Super Mario, Donkey Kong y Super Metroid, siendo éste último un juego ya cargadito de entornos escalofriantes según mi criterio a esa edad...

Entonces desde el salón de mi casa se escucharon rugidos y disparos que desgarraban mis tímpanos, así que fuí allí y ahí estaba, mi padre jugando en su reluciente PSone a un juego que acaba de destronar de una patada en el culo a Super Metroid y se ha convertido en mi nueva pesadilla, una pesadilla malignamente diseñada con píxeles que me tuvo muy asustado, pero al mismo tiempo, muy fascinado.

En ese momento, mi padre vió un gran potencial videojugabilístico en mí, ¿y qué mejor juego para empezar que el que estaba jugando ahora mismo?



Fue en esta pantalla, en este nivel, donde todo empezó, armado con una simple pistola, preparando tu puntería mientras que los gritos de los monstruos resuenan detrás de las compuertas tecnológicas te ponen la carne de gallina, ésto es lo primero que uno piensa cuando oye la palabra Doom... Por supuesto que después de éso aún queda mucho juego por jugar.

La trama consiste en que una base militar en las lunas de Marte experimentan con puertas dimensionales, y por mera casualidad uno de los portales conecta con el Infierno y los demonios matan a todo el mundo, siendo tú el único que queda para detenerlos. Personalmente me gustan los lugares en los que se desarrolla el juego, Fobos y Deimos, los satélites que en la mitología griega representaban a los dioses del miedo y el terror, como si quisieran desarrollar la aventura en los lugares más oscuros y temibles del espacio y así sacar el lado más terrorífico de la ciencia ficción.



La jugabilidad es muy simple, dispara a todo lo que se mueva y llega del punto A al punto B. Doom reutiliza la mecánica de su juego predecesor, el Wolfestein 3D, utilizando la vista en primera persona, convirtiendo a ambos géneros en los padres de los FPS.

Hoy en día es un género muy explotado comercialmente y tenemos tantos juegos de este tipo que terminas vomitando de aborrecimiento, pero en aquel momento ver un juego en primera persona era algo completamente innovador que te permitía ponerte en la propia piel del personaje, viendo lo que él veía y viviendo el peligro que él vivía.

Las armas son muy variadas, como ya dije antes empezamos con una simple pistola, para luego tener una escopeta, un gatling, un lanzacohetes, un rifle de plasma, y hasta una motosierra, pero sin duda el arma que hizo historia fue la BFG 9000, un gran cañón láser capaz de fulminar todo lo que tenga a su alrededor, por decirlo de algún modo es como un misilazo de energía, si te gustan las armas de alta tecnología entonces te tiene que encantar el BFG.



Los escenarios están diseñados con maestría, el juego entero se divide en tres episodios sin contar con el episodio extra del Ultimate Doom, cada uno se distingue por sus características únicas, pero a la vez están escalonadas para compararse unas a otras y ver que el juego se vuelve más siniestro y maligno conforme vas avanzando, el primer episodio se desarrolla en un ambiente futurístico y militar, el segundo episodio muestra la gran influencia malévola que ha desgastado dicha potencia tecnológica, y finalmente el tercer episodio se da en el mismo Infierno...

Como enemigos tenemos a soldados poseídos, demonios humanoides que lanzaban bolas de fuego y demonios jorobados con dientes afilados, bien distribuidos en cada nivel, así que sencillamente matas a los mismos enemigos uno y otra vez, pero para evitar que se te haga repetitivo el ambiente y el diseño de los lugares hacen un gran trabajo para que así aprendas a adaptarte al lugar mientras luchas contra los monstruos.



Luego de unos cuantos niveles en Phobos conectando interruptores y saltando sobre porquería radioactiva, entras en una sala con dos nuevos demonios guardianes esperándote, los varones del Infierno, los primeros jefes del juego, tras derrotarlos accedes a un nuevo sitio en donde, de repente, TE MATAN, pero en lugar de terminar la partida, tu viaje a un destino mucho peor comienza.

Ahora estás en Deimos, y es aquí donde las cosas empiezan a torcerse.

La cantidad de humanos poseídos disminuye drásticamente, mientras que el número de criaturas del averno es bastante mayor, teniendo dos nuevos enemigos, el Cacodemonio, una criatura voladora que te ataca con potentes llamaradas, y encima con una vista de lince que le permite dispararte a una distancia brutal (con razón el enemigo más molesto del juego), y después tenemos al alma perdida, cráneos cornudos en llamas que aunque sean débiles, vienen en grupos muy, muy numerosos.

Aquí puedes ver que Deimos está sometido a la mano dura de los demonios y sucumbe más a las tinieblas, detrás de los almacenes y los garajes puedes encontrar numerosos pentáculos pintados de sangre y cuerpos despedazados colgando del techo.

Tras una segunda ronda muchísimo más difícil que la primera, el episodio concluye con una de las peleas más emblemáticas del mundo de los videojuegos, la lucha contra el Cyberdemonio.



El enemigo más temible de la saga, su imagen mezcla la figura satánica del macho cabrío junto a las catástrofes científicas de otorgarle a semejante diablo unos miembros mecánicos y un lanzacohetes por brazo, la pelea contra él es sencillamente épica, la única posibilidad que tienes para hacerle frente es entablar un combate de misiles con tu bazooka, moviéndote y disparando a su alrededor mientras que todo el escenario se llena de explosiones...

Tras derrotar a ese gran titán, observas que Deimos ya no está orbitando sobre Marte, sino que está flotando justo encima del Infierno, es aquí donde el último episodio comienza, el episodio Inferno...



Cielo rojo, magma incandescente, seres humanos empalados y torturados de maneras muy sangrientas, con cráneos rojizos, intestinos y huesos adornando las paredes y las puertas, es aquí donde Doom muestra su más pura esencia y te obliga a arrepentirte de haber llegado tan lejos, no solo la cantidad de demonios es mucho mayor, la cantidad de varones del Infierno también aumenta y siempre te pillan desprevenido, tu única esperanza es obtener tu tan ansiada BFG y fulminar a esos bastardos para terminar cuanto antes tu tenebrosa pesadilla cruzando a toda prisa los ríos de sangre.

Sin duda alguna esta fue la parte que más me traumatizó del juego, pero en ese momento ya había llegado muy muy lejos, y ya no había vuelta atrás, este tercer episodio es precisamente lo que más me atrae del juego, y también lo que despertó mi gran interés por ese mundo tan macabro y siniestro que terminaría sirviéndome de inspiración y llenaría mi mente de ideas perversas y crueles.



Como jefe final tenemos a la Spider Mastermind, no tan fuerte e intimidante como el Cyberdemonio, pero me cago en la leche, el hijo puta está muy bien escoltado, desgraciadamente este cerebro mecánico arácnido no termina de representar bien al Diabolus ex Machina que en su momento esperaba como jefe final, pero el Infierno en sí mismo ya fue un grandísimo reto a superar... Finalmente lo lograste, tras sentir en tus carnes el asfixiante calor del Inframundo al fin has logrado sobrevivir y lo único que quieres hacer es regresar a casa... Pero huy, hay un pequeño problemilla de nada...



Al parecer los demonios se te han adelantado y han dominado la Tierra, mala suerte...

Los que hayan visto los videos de Dross quizás lo veáis como un mal final que te amarga la experiencia, y quizás sea cierto para la primera vez que lo miras, pero tras una segunda oportunidad, es un final bastante cómico, es un final que por medio de un chiste macabro te revela que, por mucho que lo intentes, el Infierno es demasiado grande y no tienes posibilidades contra él...

Aunque en Ultimate Doom tienes un episodio extra en donde al menos puedes vengar al conejito...

Y ésto ha sido el primer juego Doom, un gran clásico cuyos cojones por mostrar imágenes infernales y sangrientas sirvieron de la polémica de la que se alimentó y le permitió triunfar, aunque hoy en día nos muestre su edad, sigue manteniéndose firme como uno de los mejores juegos a los que he podido jugar, así que no lo dudes, juégalo. Mañana tendremos el doble de diversión, acción y escalofríos con Doom II.

2 comentarios:

  1. Como diría un inglés: Freaking awesome (Trad: Monstruosamente hermoso). Y eso que para aquel entonces la tecnología 3D no estaba desarrollada,
    Por cierto, ese cerebro mecánico parece el villano de las tortugas ninja.

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  2. Y no olvidemos que Doom tuvo un gran papel para sentar las bases de otros grandes FPS. Sin Doom, Valve quizá no habría tenido la inspiración para Half-Life (algo que jamás ha ocultado y que siempre ha reconocido) y, por el efecto dominó, quizás jamás hubiéramos visto otros "badass reventando seres diabólicos" como en Dead Space o Gears of War.

    Por cierto, debo reconocer con vergüenza que mi hermanito pequeño llegó a pasarse el primer Doom antes que yo. Por otra parte, también me llena el orgullo de que esta generación no esta perdida (al final va a ser verdad que los niños son el futuro). Eso sí, el Doom 3 se me resiste. ¿Tanto costaba hacer que el protagonista pegara la pistola a las armas con cinta adhesiva o algo?

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