Si no fuera ateo ¿Qué religión abrazaría?

A ver, si no fuera tan ateo como soy...¿Qué religión escogería para seguir mi camino?

¿Cuál elijo?

¿Cristianismo? Nah, si me dicen que un dios que les hace mil putadas a los humanos te ama entonces no me lo creería, nah, demasiado hipócrita.

¿Islam? No estaría mal tener muchas esposas, pero no, no va con mis ideales, además, estoy en contra del machismo, ni siquiera me río de los chistes machistes, es más, me parecen una puta mierda, nah, al final Islam no.

¿Budismo? De todas las religiones esta sería la mejor elección, pero no, como que al final no.

Oh, espera, ya sé, ya sé que sería:

SATANISTA.

No, en serio, no lo digo de coña, creo que sería satanista sin lugar a dudas, algo que siempre me ha fascinado justo después de la tecnología es el terror, y por supuesto que cuando hablamos de terror también el Infierno pertenece a esa categoría, independientemente si se trata del infierno cristiano, el griego o el chino.

¿El Olimpo? ¡Que se joda el Olimpo! ¡Háblenme del Tártaro!
Ni me nombres nada de la paz interior, o me hablas del Naraka o nada.
Ni se les ocurra darme el Yang, denme el Yin.

Sé que bajo mi condición de ateo esto puede resultar algo hipócrita de mi parte, pero tengan en cuenta que si ustedes se interesan por la cultura griega o egipcia entonces yo tengo derecho a admirar a los miles de demonios que torturan a la gente bajo el fuego abrasador.

Para mí el tema del infierno es como una película de Viernes 13, disfrutas viendo cómo el asesino va descuartizando a diferentes personas, si tuviera que comparar cada infierno con un personaje de terror entonces Jason Voorhees sería el infierno cristiano, Freddy Krueger el Jigoku y así todo el día.

De hecho, cuando estaba sacando la primaria y la secundaria en mi colegio católico irónicamente sacaba buenas notas en Religión (bueno, vale, nos dejaban hacer los exámenes con el libro delante), yo era de los que NUNCA hacía la oración de la mañana ni de los que NUNCA bendecían la mesa, incluso me dormía en clases, incluyendo la clases de Religión, hasta que un día nos hablaron de un lugar terrible lleno de seres malignos que se divertían con las almas de los inocentes, mientras mis compañeros temblaban de miedo, yo, por primera vez en mi vida, no me dormí y presté atención con un enorme interés.

Bueno, dicho esto igual no estoy hecho para satanista, me interesa mucho la historia del Infierno, pero no creo que esté dispuesto a alabar a los demonios, no creo que esté dispuesto a sacrificar una cabra para ofrecérselo a Belfegor, a Leviatán, a Asmodeo o a quien sea, de hecho creo que ni si quiera puedo plantearme convertirme en una religión la verdad, para mí no son más que historias de ficción que en distintos momentos incluyendo los de hoy la gente se toma demasiado en serio con tal de esconder su ignorancia.

Porque fanáticos de mierda sin vida social hay muchos, unos alaban a Dios, otros a Alá, y otros a K-ON!.

Por poner un ejemplo tenemos a los niños religiosos que se las dan de ser personas con sentido común diciendo que sus padres no fueron monos y a su vez afirman que en realidad fue Dios el que embarazó a sus mamás, en parte tienen razón, y no lo digo por sus misteriosos padres que dejan a dichos niños como hijos de puta literalmente, sino porque sus padres no fueron monos, ahí tienen razón, sus padres no fueron monos, ni lo fueron sus abuelos, ni sus tatartataratatarabuelos y ni siquiera los antepasados que se pasaban el día cazando en las cuevas.

Pero déjame contarte algo, sí, los monos no son tus padres, pero sí que son tus primos, al igual que los lagartos son primos de los cocodrilos, al igual que los peces de colores son primos de los tiburones o al igual que yo soy primo de la Nintendo DS y así tocando todas las ramificaciones del árbol evolutivo, y dicho árbol evolutivo como todo árbol dispone de una raiz que supone el origen.

Así que afróntalo pequeño, las emocionantes historias de Jesús y Moisés que te relataban no son más que chorradas, el cielo no existe, el purgatorio tampoco, y mucho menos el infierno, por mucho que me apasione el viaje de Dante en los nueve círculos del infierno.

Pero hey, no me malinterpreten, los zombis inmortales con máscaras de hockey tampoco existen pero molan bastante, tampoco existe un demonio que se alimente del poder de los deseos pero eso no impide que Wishmaster sea una de mis películas favoritas, así que no, no creo en el infierno, pero me mola, pero como ya mencionamos antes, supongo que este es el mismo motivo por el que a vosotros os gusta la mitología griega o egipcia, en el fondo los ateos y los agnósticos somos los únicos que nos molestamos en culturizarnos generalmente en la religión.

No, posiblemente no sepa tanto de la mitología cristiana (la cual merece ser catalogada de una vez como mitología, porque eso es lo que es) como un cura, pero si mezclara mis conocimientos del judaísmo, budismo, islam y las doctrinas de la iglesia del Fons entonces puede que sepa más de religión que él aunque no pueda disponer de su rango.

Es como si el cura fuera un fan de Tengen Toppa Gurren Lagann, coincido contigo en que es un excelentísmo anime, pero no creas que por ver Gurren Lagann ya te consideres un experto en mechas, por que aunque yo aún no me haya visto ni las películas ni el manga de Gurren Lagann todavía puedo combatirte con Mazinger Z, Getter Robo, Tetsujin, las sagas del Universal Century de Gundam, Giant Robo, Eureka Seven, Macross y un largo etcétera.

Igual debería haber puesto Evangelion como ejemplo al cura en lugar del gran Gurren Lagann, pero en fin, supongo que ustedes ya pillan la idea principal.

Bueno, me ha tomado cinco párrafos para transmitir una idea que puedo dar en un momento, así que allá va: La religión es ficción, ninguna de esas historias ha existido, como mucho son los fenómenos naturales o la suerte, así los griegos confuncieron los relámpagos corrientes con Zeus o las altas mareas con Poseidón, pero ya que hablamos de ficción entonces catalogo al Infierno como mi ficción favorita.

Para mí tiene la temática más interesante, las mejores historias, y como no, el toque oscuro que tanto me gusta en historias macabras como esta.

¿Quieres acusarme de tener una mente perversa? Está bien, vale, lo admito, disfruto viendo a gente sufriendo y siendo despedazada, independientemente si las despedazan demonios o Michael Myers.

Pero no podrás acusarme de ser satánico, ya que no lo soy, sí, soy un fan del Infierno, pero no soy satanista, porque para mí el Infierno es eso, ficción, eso es lo que es el Infierno, un cuento, un cuento con versiones cristianas, griegas, chinas, celtas, musulmanes o japonesas, pero principalmente un cuento.

Los ateos somos así, en su día nos cansamos de sus gilipolleces y ahora nos interesan las gilipolleces de otros, que aunque nos gusten y nos fascinen, siguen siendo gilipolleces para nosotros, porque por mucho que te duela esto, tu dios no tiene ni por asomo la misma importancia que tiene Samus Aran de Metroid para mí.